Existe una gran demanda de materiales de lectura en Cuba.
Esto no es de extrañar en un país con educación gratuita hasta el nivel de doctorado y, según el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, una tasa de alfabetización cercana al 100%.
Los usuarios de la biblioteca están acostumbrados a tener a su disposición una amplia variedad de materiales de lectura de todo el mundo. Acceden a materiales que van desde los clásicos hasta la literatura contemporánea, desde la ficción latinoamericana hasta obras actuales e históricas, pasando por literatura científica y médica. Esto tampoco es sorprendente, ya que los cubanos ven las bibliotecas como algo esencial para su éxito académico y personal. Esperan que las bibliotecas proporcionen materiales complementarios para programas de grado, tareas escolares y asignaciones escolares, así como obras de referencia, materiales en idiomas extranjeros, obras recreativas y música.
También esperan que proporcionen servicios especiales para los discapacitados del desarrollo y para los bebés y, cada vez más, servicios en línea y acceso a Internet. Para satisfacer estas demandas, los bibliotecarios cubanos han construido colecciones en una variedad de disciplinas y géneros. También han desarrollado programación innovadora y alcance comunitario para compartir los recursos bibliotecarios con el público y dentro de una red de bibliotecas escolares coordinada por la Biblioteca Nacional José Martí. La infraestructura en red que aumentará el acceso a los recursos en línea e Internet se está instalando gradualmente en las bibliotecas del país.
